Por: Francesca Brivio Grill (Perú).
Una adulta debería poder escoger si quiere fumar un cigarrillo de cannabis -que es lo mismo a decir marihuana- o tomarse unas copas. La educación es la clave, hay que hablar con menores para explicarles que no deben de fumar, que su cerebro está en desarrollo, que hay muchas sustancias que no deben de usar: drogas lícitas e ilícitas.
Existe el temor a que si se despenaliza las/los adolescentes van a consumir más; pero para empezar, la marihuana es ya una de las drogas más consumidas en el mundo y segundo que hay razones para creer que esto no será así, en Uruguay, que están permitidos todos los usos, según un estudio científico publicado en la revista International Journal of Drug Policy, concluye que los jóvenes no aumentaron su uso de marihuana tras la legalización.La cannabis nunca fue prohibida por estudios científicos que se hayan hecho en aquella época, tuvo que ver con intereses económicos, clasistas y racistas. Cannabis nunca cumplió los requisitos para estar en la lista de prohibidas.
Si bien nunca fui una fumadora habitual, siempre he defendido su uso adulto (recreativo) que creo siempre es terapéutico; se suele usar para relajarse, disfrutar una película, escuchar música, tener sexo, contemplar la naturaleza, para reír, ¿eso no es positivo? me pregunto. Su uso medicinal debe ser recetado por un dr/dra para poder tener el efecto terapéutico deseado, se tiene que definir la vía de administración, qué cannabinoide predominar (THC, CBD, CBG, CBN, etc), qué concentración. Es un mito que solo uno de sus componentes sea medicinal, el THC por ser psicotrópico no lo es menos (hay data científica concluyente sobre eso).
No todo consumo es problemático, generalmente cuando lo hay tiene que ver más con la persona que con la sustancia, eso no significa que no tiene contraindicaciones, las tiene, pero ya le toca a c/u informarse y decidir. También sabemos que la vía fumada es la menos recomendada por el humo que entra a tus pulmones (que no es el mismo que de un cigarrillo, eso es mucho más dañino y no está prohibido), pero igual esa decisión ya es tema de cada persona.
El Estado, al mantener la prohibición, deja a la gente muchas veces en manos del narcotráfico, ¿no sería mejor recaudar impuestos por eso? Además de que nos dejarían de exponer a los peligros de no saber qué consumimos y de qué manera ha sido tratada.
También se debería hablar de cuántos recursos del país se van en perseguir a usuarias, cuánta gente está en la cárcel por plantar. O sea, la planta es buena solamente cuando el laboratorio la siembra pero si lo hace una es una delincuente? Necesitamos que los privilegios se conviertan en derechos.